Juan Valera, andalou, de Cordoue, était l'aîné d'un groupe de romanciers connu comme "Génération de 1868". Juan Valera appartenait à une famille distinguée: il fait des études de droit à Grenade et à Madrid. Jeune homme, il voyage le long de plusieurs pays d'Europe et d'Amérique. Particulièrement intéressant au point de vue littéraire a été son séjour à Naples, sous la supervision du Duc de Rivas, qui est l'auteur de Don Alvaro ou la force du destin (pièce de théâtre romantique composé à Tours en 1832), origine de l'opéra de Giuseppe Verdi La forza del destino.
Valera se consacre à la diplomatie et à la politique, activités professionnelles qu'il combine avec la critique littéraire et le journalisme. Homme élégant, culte et argenté, il a eu des rapports sentimentaux avec plusieurs dames principales du moment.
Jusqu'à l'âge de 35 ans, plus ou moins, il va écrire surtout des poèmes: Ensayos poéticos (édition payée par son père, comme cadeau pour son vingtième anniversaire) ou Poesías (1858). En 1861 il est élu membre de l'Académie Espagnole de la Langue.
Il a presque 50 ans quand il publie Pepita Jiménez (1874), dont le grand succès l'encourage à écrire des romans, tels que Las ilusiones del doctor Faustino, Juanita la larga, Genio y figura, etc.
Un sujet répétitif chez Valera est le rapport amoureux entre des personnes d'âge différent.
Valera n'est pas partisan de la nouvelle mode littéraire qui arrivait d'Europe quand il avait déjà un âge avancé: le Naturalisme. Dans Apuntes sobre el nuevo arte de escribir novelas il répond, contre cette tendance, à La cuestión palpitante, de Emilia Pardo Bazán, qui était pour. Valera préférait un réalisme modéré, plaisant, en ligne avec sa personne et sa personnalité.
Algún dato sobre Juan Valera
Juan Valera, cordobés, fue el mayor de un grupo de novelistas que se conoce como "Generación de 1868". Era de familia distinguida: estudió derecho en Granada y Madrid. Siendo joven, viajó por diversos países de Europa y América. Especialmente fructífera fue su estancia en Nápoles, bajo las órdenes del Duque de Rivas, autor éste de Don Álvaro o la fuerza del sino (obra compuesta inicialmente en Tours), que dio lugar a la ópera de Giuseppe Verdi La forza del destino.
Valera se dedicó profesionalmente a la diplomacia y a la política, actividades que combinó con la crítica literaria y el periodismo. Hombre elegante, culto y adinerado, tuvo relaciones sentimentales con altas damas de la época.
Hasta los 35 años, más o menos, escribió sobre todo poemas: Ensayos poéticos (pagada la edición por su padre, para obsequiarlo por su vigésimo cumpleaños) o Poesías (1858). En 1861 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
Con casi 50 años, publica Pepita Jiménez (1874), cuyo éxito le animó a escribir novelas, como Las ilusiones del doctor Faustino, Juanita la larga, Genio y figura…
Uno de los temas preferidos de Valera fue el de las relaciones sentimentales entre personas de muy diferente edad.
Valera no era muy partidario de la moda literaria de su época de adulto adulto: el Naturalismo. En Apuntes sobre el nuevo arte de escribir novelas responde, en contra de esta tendencia, a La cuestión palpitante, de Emilia Pardo Bazán, quien estaba a favor. Valera prefería un realismo moderado y de buen gusto, más acorde con su persona y personalidad.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Otros autores del período realista o naturalista son bastante más jóvenes que Juan Valera, es decir son posteriores y no han conocido tanto el Romanticismo, lo cual podría explicar parcialmente el rechazo de Valera por el realismo acre o el Naturalismo. Pedro Antonio de Alarcón o José María de Pereda (en las fotografías, respectivamente) tenían nueve años menos.
Benito Pérez Galdós, sin duda el mejor y mayor escritor de la época (segunda mitad del siglo XIX), tenía 19 años menos que Valera.
Leopoldo Alas ("Clarín"), Emilia Pardo Bazán o Armando Palacio Valdés son más de 25 años más jóvenes que Valera.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Le dilemme amour (ou attraction physique) envers une femme versus amour pour Dieu chez un prêtre ou un autre dignitaire ecclésiastique est un sujet fréquent dans la littérature au XIXème siècle (surtout pendant sa deuxième moitié) et même au début du XXème. Souvent cette confrontation revêt des teints âpres et même tragiques: la crise de conscience personnelle, le sentiment du péché, la perte de dignité et position sociale, l'intérêt économique... Dans Pepita Jiménez toutes ces arêtes sont bien moins aigües (finalement, don Luis de Vargas n'est pas encore curé). Le sujet dont nous parlons a été peu habituel au XXème et XXIème siècles. Quand même, un exemple moderne, dans le cinéma, pourrait être le film (médiocre) La sainte famille (2017). Son approche au sujet et les points d'intérêt sont aussi, en partie, différents; impossible autrement 150 ou 180 ans après Stendhal, Clarín, Galdós, Unamuno...
La contradicción amor (o atracción sensual) por una mujer frente a amor a Dios en un sacerdote u otro rango eclesiástico es un tema recurrente en la literatura del siglo XIX (principalmente en su segunda mitad) e incluso en los comienzos del XX. A menudo esta disyuntiva adquiere tonalidades de mucha amargura y hasta trágicas: la crisis de conciencia individual, el sentimiento de pecar, la segura pérdida de dignidad y posición social, el interés material... En Pepita Jiménez todas estas aristas son un tanto romas (en definitiva, don Luis de Vargas sólo es un seminarista en pruebas). El tema de que hablamos ha sido poco frecuente en los siglos XX y XXI. Aun así, un ejemplo actual, en cine, podría ser la película (mediocre) La sainte famille (2017). El enfoque del tema y los aspectos que interesan aquí son, en parte, diferentes de cómo lo vieron Stendhal, Clarín, Galdós, Unamuno...